Juan Román Riquelme, ídolo y presidente de Boca, se emocionó hasta las lágrimas en su ingreso al Salón de la Fama del Fútbol Internacional, reconocimiento que tuvo junto a otras 18 leyendas del deporte en la noche del martes en México.

Expresó “Es un privilegio estar acá. Yo soñaba ser futbolista nomás, desde chiquito. Quería comprarle la casa a mi mamá. Era lo único que quería desde chiquito. Soñaba con eso. No tenía otra cosa en la cabeza. Sentía que de esa manera le podía cumplir”.

“Pasó el tiempo y, el 10 de noviembre del 96, tuve la suerte de debutar en Primera con la camiseta de Boca. Ese día entré a la película más linda de mi vida. Esa es la verdad. Yo pensé que jugar al fútbol era solamente eso: patear la pelota, disfrutar, correr, gritar un gol, dar un pase. Cuando pasó el tiempo, me di cuenta que no. Que la gente te saludaba, te daba cariño… Empezó a tener otro sentido, empecé a tener otra responsabilidad y fue fabuloso. No lo imaginaba”, agregó, entre lágrimas.

Antes de recibir la distinción se acordó de sus seguidores, “les mando un beso muy grande a los argentinos y a los hinchas de Boca. Los quiero mucho.